Ejercicios de rehabilitación tras prótesis de rodilla

Ejercicios de rehabilitación que conseguirán la óptima función de la prótesis

La artroplastia de rodilla, o prótesis de rodilla, es una de las intervenciones más realizadas, con mejores resultados. Pero precisan de un protocolo de ejercicios postoperatorios. Estos ejercicios de rehabilitación son imprescindibles para conseguir la mejor función de la rodilla.

Le esperan unas semanas duras de trabajo de fisioterapia, que comienzan en el hospital, pero precisan de una rutina diaria de rehabilitación. Las primeras semanas son dolorosas, pero estos ejercicios son muy necesarios. Todo lo que consiga las 3 primeras semanas será mucho trabajo ahorrado, dado que rehabilitar después es más costoso.

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*Fuente: TraumatologíaHellín

Prótesis de rodilla. Ejercicios de rehabilitación.

La rodilla es una de las articulaciones más susceptibles para padecer artrosis. Este desgaste del cartílago que se produce durante años, acaba siendo doloroso y limitante en sus últimas fases. Esta limitación de la vida diaria, junto con el dolor, son unas de las indicaciones para implantar una prótesis de rodilla. Se calcula que el 60% de las personas por encima de 70 años padece artrosis. Este porcentaje se eleva al 90% en mayores de 80 años. Casi la mitad no tiene síntomas hasta que el grado es severo.

Una de las opciones de tratamiento es la prótesis de rodilla. Tras la sustitución protésica de la rodilla se hace imprescindible un protocolo de ejercicios postoperatorios inmediatos que buscan ganar la máxima movilidad en las primeras semanas tras la intervención. Inicialmente es un proceso doloroso, por lo que, inconscientemente, el paciente evitará forzar su rodilla. Aquí es donde la analgesia, el frío y la fisioterapia progresiva necesitan una mayor atención.

Conozca su patología, la artrosis de rodilla (o gonartrosis), así como los protocolos de rehabilitación sugeridos para una óptima recuperación.

Objetivos de la rehabilitación tras la prótesis de rodilla

El objetivo de la rehabilitación es conseguir la mejor movilidad de la rodilla tras la intervención. Tras la cirugía, el proceso de cicatrización normal va limitando la movilidad de la rodilla. Estas cicatrices, sobre todo las relacionadas con el plano capsular y muscular, tienden a producir una rigidez en la articulación intervenida. Sin un protocolo de rehabilitación, la movilidad tras la prótesis de rodilla sería muy restringida. El proceso rehabilitador consigue el tejido cicatricial sea más elástico, sin que afecte al rango de movilidad. De igual manera y debido a la convalecencia inicial, el tejido muscular sufre una atrofia por la  inactividad. El mismo proceso rehabilitador evita que ésta se produzca.

El dolor en el proceso rehabilitador de la prótesis de rodilla

El principal inconveniente para estos ejercicios es el dolor postoperatorio. El implante de una prótesis de rodilla precisa de un tratamiento analgésico potente necesario para un a correcta rehabilitación. Sin él, el dolor inhibe la colaboración del paciente para una correcta fisioterapia. El uso de protocolos analgésicos postoperatorios, así como los bloqueos anestésicos periféricos han mejorado mucho este incómodo dolor postoperatorio. El bloqueo anestésico regional es una técnica que consiste en inyectar un anestésico de larga duración al lado de un tronco nervioso periférico. Esto conlleva que la zona sensitiva dependiente de ese nervio quede anestesiada, por lo que el dolor en esa localización disminuye o desaparece. Dado que el dolor agudo es en las primeras 24-48h, gran parte de este dolor se minimiza. 

Posteriormente será necesaria una analgesia oral para que el paciente pueda seguir realizando los ejercicios en casa de una manera confortable. En el vídeo se muestran los ejercicios sugeridos para la rehabilitación, tanto la inicial en el hospital como la fisioterapia en casa. 

«El uso de terapia física pasiva mediante el uso de artromotor puede ser de utilidad tras la prótesis de rodilla»

Artromotor para rehabilitación de la prótesis de rodilla
Artromotor para rehabilitación de la prótesis de rodilla

Progreso de la fisioterapia tras la prótesis de rodilla.

Ejercicios pasivos. Artromotor tras la prótesis de rodilla

En algunos hospitales se utiliza, como complemento de los ejercicios, una máquina de movilización pasiva llamada artromotor. Es un aparato que realiza el movimiento de flexión de la rodilla sin que intervenga la musculatura del paciente. Se puede regular de forma progresiva. Inicialmente trabaja desde la extensión completa de la rodilla (0º) hasta una angulación de flexión tolerable por el paciente. Esta angulación en flexión se va incrementando de manera progresiva en cuanto el dolor lo permite.  Por lo que ya hemos comentado, el artromotor no sirve como terapia de forma aislada. Son más efectivos los movimientos que realiza el propio paciente. Pero toda ayuda es poca. El artromotor puede ayudar en el proceso, aunque no ha demostrado una superioridad en la recuperación a medio plazo. 

Ejercicios de flexión y extensión tras la prótesis de rodilla

 A parte de comenzar la deambulación ayudada con muletas o andador, se puede trabajar la rodilla mediante ejercicios de flexión activa. Estos ejercicios es más sencillo realizarlos en una silla alta, tipo silla de comedor. Con la espalda bien apoyada en el respaldo, la rodilla tiende a realizar la flexión de una manera pasiva, por acción de la gravedad. Con la planta del pie apoyada en el suelo, uno de los ejercicios es arrastrarla hacia atrás hasta poner el pie debajo de la silla. Al principio no es posible, pero con el paso de los días se puede conseguir. Puede ayudarse con la otra pierna: ponga la pierna sana delante de la operada y empuje con ambas hacia atrás. El objetivo es ir incrementando poco a poco la flexión de la rodilla hasta lograr unos 90º a la tercera semana postoperatoria. 

Tan importante como tener una buena movilidad en flexión de la rodilla es la capacidad de poder extenderla del todo. Esto es así porque la mayor demanda funcional de la rodilla es en la deambulación. Si la rodilla no consigue extender del todo, puede provocar dolor, dado que sobrecarga la fricción de la rótula (o componente protésico si éste se ha protetizado). Es por ello que es necesario realizar ejercicios para estirar la pierna. Un ejercicio de extensión pasiva sugerido es, estando sentado, colocar el pie en un taburete sin que haya nada debajo de la rodilla y dejar caer la rodilla por su propio peso. Si esto no ocasiona dolor, puede aumentar el peso colocando un lastre (una bolsa de arroz o similar) encima de la rodilla. Dentro de este protocolo, también es necesaria la realización de ejercicios de extensión activa. En ellos trabaja el cuádriceps, en músculo de la parte anterior del muslo. Esto puede hacerlo bien en la cama, levantando la pierna en recto o poniendo el muslo duro (ejercicio isométrico), o bien sentado, trabajando la extensión de la rodilla en contra de la gravedad.

¿Y qué pasa con la herida? Evolución de la herida tras la prótesis de rodilla

¿Pueden saltar las grapas? ¿Puede abrirse la herida al forzar la rehabilitación? Son preguntas razonables. La herida quirúrgica que se realiza para el implante de la prótesis de rodilla es de un tamaño considerable. De forma longitudinal por delante de la rodilla, suele medir unos 20 cm de longitud. El paciente sufre aversión al ejercicio de flexión de rodilla porque incrementa la tensión en la zona. Normalmente se utilizar grapas para la sutura de esta herida. Estas grapas suelen retirarse a los 12 – 15 días de la operación. Es tiempo suficiente para evitar que la herida se abra. No suele haber problemas de dehiscencia de la herida por un ejercicio excesivo. Por ello no debe ser un motivo de preocupación para realizar la rehabilitación postoperatoria.

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*Fuente: TraumatologíaHellín