Ejercicios de rehabilitación tras fractura de tobillo

Protocolos de fisioterapia en casa tras la cirugía del tobillo

La fractura del tobillo es una de las fracturas más frecuentes. Para su correcta recuperación precisa de ejercicios de rehabilitación tras la fractura del tobillo.

Normalmente se producen por torcedura. Se trata de fracturas articulares, por los que es preciso un tratamiento muy estricto para evitar las secuelas. 

En muchos casos precisan de una operación para garantizar la perfecta restitución de la anatomía. Pero tanto los intervenidos como los tratados sin cirugía precisan de un período inicial de inmovilización, para después iniciar la fisioterapia.

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*Fuente: TraumatologíaHellín

La fractura del tobillo y su protocolo de rehabilitación tras cirugía

Las fracturas de tobillo son lesiones muy frecuentes, dado que es una articulación que recibe peso y es susceptible de torsiones y movimientos extremos que pueden lesionar las estructuras anatómicas que le confieren su estabilidad. El tobillo es una articulación compuesta por tres huesos: la tibia, el peroné y el astrágalo. Tibia y peroné están dispuestos a modo de «horquilla», en cuyo interior se encuentra «encajado» el astrágalo. Esta «horquilla» formada por tibia y peroné la componen los maléolos. El astrágalo, situado entre ambos maléolos, tiene movimiento de flexión y extensión, quedando limitado su movimiento de rotación o lateralización por los maléolos.  La articulación la estabilizan ligamentos, que unen fuertemente los huesos entre sí.

Las fracturas de tobillo pueden producirse por 2 principales causas: compresión axial y torsión de tobillo. de ellas, la torsión es mucho más frecuente. Según la dirección de rotación del tobillo y la posición de pie cuando se produce el trauma, se produce un tipo u otro de fractura. 

Rehabilitación inicial. Fisioterapia durante la inmovilización con yeso.

Muchas veces se olvida que podemos avanzar en el tratamiento rehabilitador durante el período de inmovilización. ¿Mientras llevo el yeso? Sí, efectivamente. El objetivo de esta fase es evitar las atrofias musculares y favorecer el riego sanguíneo y su retorno, evitando, por tanto, las trombosis.

El tiempo de inmovilización tras la fractura de tobillo es variable. Depende del tipo de fractura, su estabilidad, la calidad ósea y de si ha sido operado o no. Por regla general, si la fractura es tratada con inmovilización (sin cirugía), el período de inmovilización es mayor: entre 4 y 6 semanas. Si la fractura del tobillo ha sido intervenida, la inmovilización es menor. 

Durante esta inevitable fase de inmovilización, se produce una atrofia muscular y se inicia un proceso de rigidez en las articulaciones inmovilizadas. Los ejercicios de rehabilitación tras la fractura del tobillo durante esta fase evitarán las atrofias. Se pueden realizar:

  • Ejercicios isométricos: son contracciones musculares sin movimiento de la articulación: consisten en contraer (poner duros) los músculos de la pierna, tanto los gemelos de la pantorrilla como los de delante de la pierna. Este ejercicio evita atrofias y bombea el sistema venoso, de forma que la sangre que retorna no se remanse en la pantorrilla. Evita eventos de trombosis o embolismos.
  • Ejercicios activos: de las articulaciones vecinas (no inmovilizadas): los dedos de los pies, la rodilla y la cadera. Dado que cuando se retire la inmovilización necesitaremos empezar a caminar, mejor intentar conservar la fuerza, musculatura y flexibilidad de las articulaciones que nos serán necesarias.

Todo esto puede realizarse, pero teniendo especial cuidado en no deteriorar, forzar ni mojar el yeso, dado que puede perder su rigidez, empeorando la inmovilización. Tenga en cuenta que la integridad de ese yeso es necesaria para la correcta curación. Tampoco puede apoyarlo en el suelo, aunque lleve muletas.

Rehabilitación de la fractura de tobillo tras retirar la inmovilización.

Tenga en cuenta que, tras retirar la inmovilización, la movilidad inicial será muy poca. Tendrá el tobillo hinchado, la piel reseca y dolor al intentar movilizarlo. No se asuste, es normal. Durante el período con yeso, el tobillo no se ha movido en semanas. Por la inmovilización la fractura ha dejado de doler, pero ahora que se libera el movimiento, ocasionará dolor y sensaciones extrañas. Estas recomendaciones acostumbrarán a su cerebro a la nueva condición y mejorarán la movilidad y fuerza. 

 

Fractura de tobillo

La inmovilización rígida con yeso es necesaria en la mayoría de los casos. Después de ésta, comienza la rehabilitación.

Consejos generales tras retirar el yeso

Las sensaciones extrañas tras la retirada del yeso son normales. Esto se produce porque el cerebro se ha acostumbrado a la ausencia de movimiento de la articulación. Habrá que trabajar en la propiocepción del tobillo para que el cerebro vuelva a interpretar correctamente la existencia y función de la articulación.

  • Baños de contrastes: se trata de recuperar la percepción del tobillo sumergiéndolo en agua fría y caliente alternativamente. Es una forma de «reeducar al cerebro» mediante las sensaciones térmicas. Utilice dos recipientes y llénelos de agua, caliente y fría. Puede ayudar poner sal en ellos. Meta el pie-tobillo en ellos alternativamente y efectúe movimiento suaves dentro. Puede realizarlo una o dos veces al día. Esto es importante la primera semana. Posteriormente, como va a ejecutar ejercicios más exigentes, esto tiene menos importancia.
  • Higiene de la piel y de la herida quirúrgica. Debido a la oclusión, la descamación natural de la piel se ha evitado durante las semanas de yeso. Eso hace que aparezcan costras y tenga la piel reseca. En el caso de que haya sido operado, también la cicatriz estará llena de costras sanguíneas resecas. NO rasque las costras ni la descamación. Ayude a su caída mediante baños con jabón. Puede frotar suavemente, pero no rascar, dado que puede ocasionarse erosiones en la piel. Tras el baño, aplique crema hidratante y, en pocos días, la piel será completamente normal. 
  • Para mejorar la estética de la herida quirúrgica y evitar que la cicatriz sea muy visible, puede aplicarse aceite de rosa de mosqueta. De la misma manera, evite durante los primeros meses la exposición al sol de la cicatriz. Si va a tomar el sol, utilice la mayor protección solar de que pueda disponer. Si no lo hace, la cicatriz puede oscurecerse y hacerse más visible.
  • Consulte con su médico la posibilidad de usar tobillera tras el yeso. Puede mejorar la hinchazón, ayudar a la propiocepción, dar mayor sensación de seguridad,… Pero no debe limitar el movimiento del tobillo, dado que en esta fase se pretende ejercitar el movimiento, no volver a inmovilizar. Una tobillera semicompresiva puede ser de ayuda.  

Fisioterapia del tobillo tras la retirada del yeso

Ejercicios sin apoyo

En ocasiones el médico autoriza la retirada de la inmovilización antes de permitir la carga del pie. Con ello se permite una fisioterapia precoz, pero dando un plazo mayor de tiempo para la consolidación completa de la fractura. Si este es su caso, puede empezar con los ejercicios sin apoyo en esta sección. Las rehabilitación del tobillo tras la retirada del yeso empieza con ejercicios de flexoextensión activos asistidos. Esto quiere decir que el tobillo trabaja en el movimiento de forma activa, pero se le ayuda al movimiento. Esta ayuda puede realizarse mediante una toalla, un cinturón o gomas elásticas. En esta fase también pueden realizarse estos ejercicios activos asistidos para movimientos tipo lateralizaciones del pie.

Para continuar con los ejercicios de rehabilitación tras fractura de tobillo podemos añadir ejercicios activos resistidos. Estos ejercicios intentar vencer una fuerza contraria al movimiento. Por ejemplo, intentando vencer la fuerza de una goma elástica.

Pueden ser de ayuda los automasajes en el tobillo y la planta del pie, que mejoran las molestias al inicio de la carga.

Ejercicios con apoyo

Cuando el médico autorice la carga, puede iniciarse el apoyo del peso en el tobillo fracturado de forma parcial al inicio. Esto se realiza apoyando solo un poco de peso en el tobillo lesionado. El resto del peso se trasmite al suelo a través de muletas, andador o barras paralelas. Este inicio de la carga debe ser progresivo. Facilita la movilidad del tobillo sin sobrecargar mucho la articulación. Conforme este apoyo parcial es bien tolerado, se puede ir incrementando el peso poco a poco hasta la retirada del apoyo. En ocasiones se permite la retirada de la muleta del mismo lado del tobillo lesionado, manteniendo la contraria un tiempo más.

La realización de marcha de puntillas o talones ayuda a fortalecer la musculatura alrededor del tobillo. Más adelante, pueden realizarse ejercicios apoyando el borde externo del pie. También pueden realizarse ejercicios de cadena cerrada mediante la realización de sentadillas suaves, sin separar la planta del pie del suelo.

Se pueden sumar al tratamiento, un poco más adelante, ejercicios de propiocepción del tobillo. Éstos buscan reeducar la imagen que el cerebro tiene del tobillo, su posición en el espacio, su equilibrio muscular y su estabilidad. Puede realizarse mediante el apoyo monopodálico (apoyando solo un pie). Cuando esto esté trabajado puede aumentar la dificultad cerrando los ojos o apoyando el pie en una plataforma inestable (balón de bosu o toallas enrolladas).

Todas estas fases pueden realizarse con ejercicios de fisioterapia en casa, aunque la recomendación es contactar con un fisioterapeuta que ayude en la recuperación de forma personalizada y gradual.

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*Fuente: TraumatologíaHellín

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