Ejercicios de rehabilitación cervical

Protocolos de fisioterapia en casa para el dolor del cuello

Ejercicios de flexibilización cervical

Ejercicios de potenciación cervical

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*Fuente: TraumatologíaHellín

La cervicalgia o dolor del cuello es una de las patologías más frecuentes en la sociedad moderna, y es susceptible de tratamiento mediante ejercicios de rehabilitación cervical. El estrés, las posiciones mantenidas, la carga laboral y diversas patologías ocasionan esta incómoda afección, que es causa de irritabilidad, y merma de las funciones del paciente. 

¿Quién no ha sufrido dolor de cuello en alguna ocasión? Conozca la patología cervical y su tratamiento conservador mediante protocolos de fisioterapia que podrá realizar en casa. Estiramientos de cuello o ejercicios de flexibilización, para después continuar con ejercicios de potenciación.

Ejercicios cervicales

El objetivo del tratamiento de la cervicalgia es conseguir una restauración de la función cervical sin dolor. Con estos ejercicios de rehabilitación cervical se pretende volver a ganar todo el rango de movilidad de la región cervical, mejorando primero la flexibilidad del raquis cervical y, posteriormente, la fuerza muscular.

Origen del dolor cervical. Síntomas de la contractura del cuello.

Existen muchas estructuras que pueden ser el origen de la cervicalgia. Para llegar a conocer cual es el origen del dolor cervical es necesaria una correcta anamnesis y exploración del paciente. Los datos obtenidos orientarán el diagnóstico y el correcto tratamiento.

Anamnesis: preguntando al paciente

En cuanto a la anamnesis, podemos iniciarla preguntando por las características del dolor. Cuándo comenzó, en si hubo algún desencadenante (algún gesto o traumatismo),… Es importante el relato del paciente en cuanto al tipo de dolor: dónde duele, cómo duele, cuándo duele, si el dolor irradia hacia los hombros o los brazos,… Por otro lado, también es relevante preguntar por sintomatología acompañante, si hay mareos o dolor de cabeza, si está alterada la deglución o se ha habido desmayos. Dolor nocturno, presencia de fiebre o pérdida de peso nos orientarían a patología infecciosa o malignidad.

Exploración física

Continuando la investigación del origen del dolor, pasamos a la exploración física. Es fundamental, dado que aportará muchos datos al explorador sobre la localización y características. No se debe centrar solo en la  región cervical, sino también en el resto de la columna, cráneo y brazos.  Se realizará una inspección ocular, seguida de palpación de los distintos elementos: rebordes óseos, articulaciones, partes blandas, zonas de contractura,… Posteriormente, se explorará la movilidad: rango de movimiento, presencia de restricciones, presencia de dolor en los diferentes ejes,… Con esta exploración se conseguirá encontrar zonas de contractura muscular en el cuello o la espalda, muy frecuentes las contracturas del músculo trapecio.

Dentro del apartado de exploración contamos con pruebas específicas, donde se valorará la distribución sensitiva y fuerza de cada una de la raíces nerviosas que salen de la columna cervical. Cada raíz inerva una región de la piel del miembro superior y un grupo muscular en concreto. Conociendo la distribución de las alteraciones, nos lleva a sospechar la lesión de un nivel cervical distinto.

Pruebas de imagen

Su médico puede recomendar, para completar el estudio, la realización de pruebas de imagen, si sospecha alguna alteración en concreto. No están recomendadas en todos los casos. Se puede realizar una exploración radiológica, normalmente con Rx lateral y anteroposterior, que informa de la estructura macroscópica de los elementos óseos, y de forma indirecta, de posibles lesiones de partes blandas.

La resonancia magnética nuclear (RMN) puede ser de ayuda para el estudio de las partes blandas. Permite una mayor comprensión de las estructuras como el disco intervertebral, las articulaciones, el estado del cartílago articular, así como la presencia de posibles lesiones malignas o infecciones. 

La tomografía axial computarizada (TAC) aportará datos precisos sobre la estructura y trama ósea. Aportará información allá donde el estudio radiográfico no llega a ser nítido, como la unión cervicotorácica.

Vértebra cervical

«La complejidad de la anatomía cervical le hace susceptible de infinidad de alteraciones». 

Patologías que ocasionan dolor cervical

Artrosis. Espondilosis cervical

Es la artrosis de las articulaciones del raquis cervical. El desgaste del cartílago puede ocasionar dolor cervical. Pueden ser objeto de degeneración el disco intervertebral y las articulaciones entre los elementos óseos de las vértebras.

Es mucho más frecuente en varones, y suele comenzar a afectar a partir de los 40-50 años. Factores de riesgo como trabajos con levantamiento de pesos suelen ser causa de la espondilosis cervical.

Hernia discal

Muy en relación con el proceso degenerativo comentado en el apartado anterior está la patología del disco intervertebral. Su mayor exponente es la hernia discal, que es la extrusión del disco intervertebral: el disco sale de su natural ubicación y puede llegar a comprimir las estructuras neurales. Esta compresión de los nervios vecinos ocasionará un dolor intenso de difícil tratamiento, que irradiará por el brazo en una localización que dependerá del territorio cutáneo que inerve o los músculos que dependan de esa raíz nerviosa.

Puede provocar alteraciones sensitivas: dolor, quemazón (hiperestesia), ausencia de tacto (anestesia) o disminución del mismo (hipoestesia), así como déficit de la movilidad de un grupo muscular. Puede ocasionar debilidad o imposibilidad (paresia) de realizar contracción del músculo.

El dolor por la compresión de un nervio por la hernia discal se llama dolor neuropático. No sólo duele en la localización de la compresión (en la columna), sino que el dolor más intenso es irradiado por la distribución del nervio en concreto (metámera). 

Enfermedades reumáticas en la columna cervical

Enfermedades como la artritis reumatoide pueden afectar a las articualciones en la región cervical. Ocasionarán dolor, restricción progresiva de la movilidad, crujidos y dolor occipital. En formas muy evolucionadas puede llevar a una inestabilidad cervical, que es una complicación muy grave y potencialmente letal.

Otras posibles afecciones reumáticas son la osificación de ligamentos o la hiperostosis esquelética difusa (enfermedad de Forestier).

Síndromes neurovasculares

Su síndrome más frecuente es el síndrome del desfiladero torácico superior. Es producido por una compresión de las estructuras tanto neurológicas (nervios del plexo braquial) como vasculares (arteria o vena subclavia) en determinados puntos a la salida del tórax. Normalmente esta compresión se produce entre la clavícula y los músculos que la rodean.

Dolor cervical

«El tratamiento inicial, y muchas veces el único, es conservador con fisioterapia cervical».

Tratamiento del dolor cervical

Tratamiento conservador. Tratamiento no invasivo. Dolor de cuello contractura, ejercicios.

En la mayoría de los casos el tratamiento del dolor cervical es conservador. Este tratamiento consigue la mejoría de los síntomas sin requerir cirugía o técnicas invasivas. Siempre debe ser recomendado por su médico, teniendo en cuenta la sospecha del origen del dolor.

El tratamiento conservador incluye:

  • Buena ergonomía cervical: imprescindible si el dolor está relacionado con posturas mantenidas o forzadas. La modificación de rutinas laborales puede ser el mejor tratamiento. 
  • Fármacos: analgésicos, antiinflamatorios o relajantes musculares pueden ser de ayuda. Pero no deben ser adminstrados de manera aislada, siempre en relación con el resto de medidas conservadoras de esta lista.
  • Terapia física: No sólo los masajes de cuello que realiza el fisioterapeuta mejoran el dolor. Los ejercicios de fisioterapia suaves de flexibilización y potenciación pueden mejorar este dolor. En el vídeo puede consultar la forma de realización de estos ejercicios. Puede acompañarse con la aplicación de calor suave, que ayuda a relajar las estructuras musculares. Con estos ejercicios también logrará descontracturar el cuello en caso de sobrecarga muscular.
  • Electroterapia. El uso de TENS puede ayudar a la mejoría del dolor en más de la mitad de los casos.

¿Cómo realizar los ejercicios de rehabilitación cervical?

Los ejercicios para el cuello deben comenzarse suavemente y de forma progresiva.  Esto es así porque el paciente suele comenzar con mucha motivación dada la limitación que le ocasiona el dolor del cuello. Si se comienza de forma vehemente y agresiva, la zona cervical comenzará a doler más, dada la exigencia mecánica de las estructuras anatómicas. Es por ello que se aconseja un inicio suave: ejercicios de poca intensidad y duración. Como la constancia es la clave para la mejoría, siempre habrá tiempo de incrementar, tanto la duración como la intensidad de la fisioterapia.

Se suele recomendar empezar con ejercicios de flexibilización para el cuello, como puede apreciarse en el primer  vídeo de demostración. Poco esfuerzo en las primeras sesiones, seguido de la aplicación de calor suave con ayuda de almohadilla eléctrica o bolsa de agua caliente. La medicación analgésica y el uso de electroterapia pueden ser de ayuda en las primeras fases.

Posteriormente, cuando los ejercicios de flexibilización ya lleven realizándose unos días, y no produzcan dolor, puede comenzarse con los ejercicios de potenciación, como puede apreciarse en el segundo vídeo.  

Tratamiento invasivo

Dentro del tratamiento invasivo encontramos las técnicas avanzadas del dolor y el tratamiento quirúrgico.

Las técnicas avanzadas del tratamiento del dolor están las infiltraciones y radiofrecuencia de las diferentes estructuras articulares y neurales. Suelen ser realizadas por especialistas en la unidad del dolor. Consiguen la mejoría del dolor sin la necesidad de cirugía o en casos en que la cirugía está contraindicada.

Tratamiento quirúrgico. Va encaminado a la solución del problema anatómico. Se consigue la mejoría del problema compresivo, artrósico o de inestabilidad mediante técnicas quirúrgicas. Estas técnicas quirúrgicas pueden ser clásicas o mínimamente invasivas, según el tipo de lesión y el tipo de intervención que se pretende realizar.

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*Fuente: TraumatologíaHellín

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Cirugía mínimamente invasiva de columna
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