Ejercicios para
Fascitis Plantar
Ejercicios de rehabilitación para la talalgia
Ejercicios fascitis plantar PDF
La fascitis plantar es una patología del pie que se caracteriza por ser un dolor en la región del talón, donde éste contacta con el suelo.
Típicamente el dolor es más intenso en los primeros pasos de día, ocasionando en muchos casos cojera. Posteriormente el dolor cede total o parcialmente cuando el pie pasa la fase de calentamiento.
El dolor en el talón (talalgia) es causado por varias entidades, siendo la fascitis plantar la más frecuente.
¿Qué es la fascitis plantar?
La fascitis plantar es una patología del pie frecuente se caracteriza por presentar dolor en la zona posterior de la planta del pie en la zona donde el talón contacta con el suelo. El dolor puede llegar a ser bastante intenso e incapacitante porque limita la capacidad de caminar. En ocasiones está relacionado con la práctica deportiva, pero lo más habitual es que empiece de forma progresiva sin un desencadenante claro.
La fascitis plantar es una de las causas más frecuentes de talalgia (dolor en la región del talón), con origen en las partes blandas de la región posterior del pie.
¿Cómo sé si es fascitis? Síntomas de la fascitis plantar
El síntoma fundamental de la fascitis plantar es el dolor. Este dolor se localiza en la región del talón, donde este contacta con el suelo. Lo más frecuente es que este dolor sea más acusado en la parte interna del talón, concentrándose en un área pequeña, que el paciente localiza a punta de dedo.
Es característico el dolor intenso cuando se apoya el pie en el suelo por primera vez después del descanso nocturno. Este dolor en los primeros pasos del día ocasiona una cogerá marcada. Posteriormente este dolor disminuye en intensidad, o incluso puede llegar a desaparecer durante el día. El dolor también suele empeorar al final de la jornada.
El dolor de la fascitis plantar empeora con la extensión del tobillo y de los dedos, dado que la fascia se tensa con este movimiento.

El dolor de la fascitis se localiza en la parte interna del talón.
Recuerdo anatómico y biomecánica de la fascia plantar
La fascia plantar es una estructura fibrosa que recorre de forma longitudinal todo el arco de la planta del pie, desde los dedos hasta la región del talón. Esta estructura ayuda al mantenimiento de la estructura en bóveda de los huesos del pie. En la parte distal del pie, la inserción es amplia, pero en la parte posterior del pie, la inserción de la fascia se concentra en el tubérculo medial del calcáneo, es decir, en la parte interna, donde contacta el hueso del talón en el suelo. Es en esta zona donde se concentra la mayoría de las cargas biomecánicas y donde suele localizarse la fascitis plantar.
Biomecánicamente, la fascia plantar forma parte del conocido sistema aquíleo-calcáneo-plantar. Este sistema lo ha desarrollado la evolución de la especie como un resorte o mecanismo de palanca que nos permite realizar de manera efectiva el impulso durante la marcha, carrera o salto. Este sistema es accionado por el músculo tríceps sural (gemelos y sóleo). El hueso calcáneo y la fascia actuarían de brazo de palanca o elemento tensor, que ocasiona el movimiento de la articulación del tobillo (articulación tibioastragalina), que sería el eje de rotación. Sin este sistema de palanca sería necesaria mucha más fuerza para realizar el mismo impulso.
Es importante conocer esta biomecánica porque un problema en este sistema mecánico ocasiona patologías como la fascitis plantar o la tendinitis de Aquiles. Conociendo la biomecánica podemos orientar de manera más efectiva el tratamiento.

Anatomía del sistema aquíleo-calcaneo-plantar
Causas y factores de riesgo de la fascitis plantar
La fascitis plantar se produce por una degeneración del tejido de inserción de la fascia. Inicialmente tiene un componente inflamatorio causado por microrroturas del tejido que la naturaleza intenta cicatrizar de manera inefectiva. El acúmulo de estas microrroturas y sus procesos de reparación producen una pérdida de la calidad del tejido fascial. Este proceso degenerativo en ocasiones conlleva un depósito de calcio en la zona, produciéndose una exóstosis o espolón calcáneo, visible en el 50% de los pacientes con fascitis plantar. Este espolón calcáneo es visible en la radiografía lateral del pie como un pico de hueso que sobresale del borde inferior del calcáneo. El espolón calcáneo no es la causa de la fascitis, sino una consecuencia de un proceso degenerativo crónico. Esto es así porque en un 15% de la población se puede apreciar la presencia de espolón en radiografías sin que exista o haya existido dolor.
Los factores de riesgo para padecer fascitis plantar son varios. Uno de los más característicos son los microtraumatismos producidos en los deportistas, sobre todo en los corredores. También se ha demostrado la asociación entre fascitis plantar y la obesidad: un índice de masa corporal mayor a 30 aumenta la probabilidad de padecer fascitis plantar. Es más frecuente la fascitis plantar en la edad media de la vida.
Existen alteraciones estructurales del tobillo y pie que favorecen la fascitis plantar, cómo son el pie cavo, el pie plano hiperlaxo, el ante pie pronado. Estas alteraciones ocasionan un exceso de tensión en la fascia plantar. De la misma manera un acortamiento del sistema aquíleo-calcáneo-plantar (un acortamiento de gemelos), predispondría a padecer fascitis plantar.
Se sospecha, aunque no se ha podido demostrar, la asociación de la fascitis plantar y traumatismos agudos, distintos tipos de calzado, dureza del suelo dónde se camina o permanecer mucho rato de pie.
¿Cuánto se tarda en curar una fascitis?
La duración de una fascitis plantar es menor a un año en más de un 95% de los casos. En muchos de estos casos mejoran en menos de 3 meses, si el tratamiento es precoz y adecuado. Son pocos los casos en los que la fascitis se cronifica, aunque es frecuente ver fascitis plantares que se curan pero vuelven a molestar pasado un tiempo.
¿Cómo se diagnostica una fascitis plantar?
El diagnóstico de una fascitis plantar es básicamente clínico. Es decir, el médico en función de las características del dolor y de la exploración es capaz de diagnosticar sin necesidad de recurrir a pruebas complementarias.
En caso de ser necesarias, las exploraciones complementarias podrían incluir una radiografía lateral u oblicua del pie, que mostraría la presencia o ausencia de exóstosis o espolón calcáneo. En caso de que exista esta exostosis, el tratamiento a realizar es idéntico a cuando no existe
Tratamiento habitual de fascitis plantar.
El principio fundamental del tratamiento de la fascitis plantar es la fisioterapia. En un inicio también es necesaria la medicación antiinflamatoria, que disminuye el dolor y la inflamación hasta que la fisioterapia consiga su efecto. Consulte el vídeo para conocer los ejercicios recomendados.
La fisioterapia para la fascitis plantar incluye no sólo los estiramientos de la fascia, sino también del tríceps sural (recuerden el sistema aquíleo-calcáneo-plantar). También suele trabajarse la flexibilidad del abductor y flexor del dedo gordo . Otros remedios útiles para la fascitis plantar son la aplicación de frío y los masajes de la plantar del pie.
Las plantillas son útiles para el tratamiento de la fascitis plantar. El objetivo de estas plantillas relajar la fascia plantar, mediante la elevación del arco interno del pie. Estas plantillas deben ser fabricadas a medida en función de las características del pie de cada paciente. El principal inconveniente de estas plantillas es que para realizarlas de manera correcta requiere un estudio personalizado y una fabricación a medida, lo que encarece su precio.
Es por ello que muchos pacientes optan por adquirir taloneras de silicona que amortiguan el impacto del talón. Estas taloneras no son la solución ideal, pero son económicas y pueden mejorar el dolor inicial por la amortiguación del impacto, durante el proceso de fabricación de las plantillas a medida.
En ocasiones también son útiles las ortesis nocturnas para la mejoría de la fascitis plantar. Estas ortesis se colocan para dormir y fuerzan la extensión del tobillo. Su objetivo es la elongación del sistema aquíleo-calcáneo-plantar.

La fisioterapia el el pilar fundamental para el tratamiento de la fascitis plantar
Tratamiento avanzado de la fascitis plantar
En función de la duración y de las características del dolor de la fascitis plantar, su médico puede recomendarle la infiltración del talón. Las infiltraciones tradicionales suelen incluir un corticoide (antiinflamatorio potente) y anestésico local. Son un poco molestas, pero pueden mejorar el dolor de forma rápida. El inconveniente son los efectos no deseados de los corticoides, por lo que su médico valorará la necesidad de su realización. No suelen realizarse más de 3 infiltraciones separadas en el tiempo.
Se ha demostrado la utilidad de las ondas de choque extracorpóreas para el tratamiento de la fascitis plantar crónica. Este sistema se realiza con un aparato que tiene un transductor similar al ecógrafo, que emite unas ondas sónicas que agreden de forma controlada la zona lesionada, permitiendo su mejor cicatrización. El sistema se basa en el mismo principio que el que utilizan los urólogos para disolver las “piedras del riñón”.
Avances en el tratamiento de la fascitis. Infiltraciones de factores de crecimiento.
En el tratamiento de la fascitis plantar, puede realizarse la infiltración de factores de crecimiento plaquetar (plasma rico en plaquetas o PRP), que ayuda a la cicatrización y regeneración del tejido, aunque su evidencia científica está en discusión.
Tratamiento quirúrugico de la fascitis plantar
Son pocos los casos que llegan a requerir cirugía por la fascitis plantar. Nunca se recomienda antes de un año de correcto tratamiento conservador, por las posibles consecuencias que puede acarrear. El tratamiento quirúrgico consiste en la sección subtotal de la parte medial de la inserción de la fascia en el calcáneo. Puede realizarse de manera abierta, endoscópica o percutánea. Puede combinarse con el alargamiento del sistema aquileo-calcáneo-plantar realizando la desinserción parcial del gemelo. En ocasiones se realizan liberaciones nerviosas como gesto añadido a la intervención.