Ejercicios
para tendinitis rotuliana
Ejercicios de rehabilitación para la inflamación del tendón rotuliano
La tendinitis rotuliana es una de las patologías que con más frecuencia afectan a los deportistas. La mayoría de las veces puede ser tratada mediante tablas de ejercicios que pueden ser realizadas desde casa.
Saltadores, corredores, futbolistas y tenistas. Todos han escuchado alguna vez en los entrenamientos «tendinitis rotuliana». Con razón se la llama la rodilla del saltador.
Causando dolor en la zona inferior a la rótula, una de las causas más frecuentes de banquillo en muchos deportes. Conózcala a fondo y utilice las tablas de trabajo para su tratamiento.
Conoce más sobre la tendinitis rotuliana
La tendinitis rotuliana, también conocida como «rodilla de saltador«, es una lesión común en personas que practican deportes que requieren saltos repetidos, como el baloncesto, el voleibol y el atletismo. Esta condición ocurre cuando el tendón rotuliano, que conecta la rótula con la tibia, se inflama y causa dolor en la parte frontal de la rodilla.
La tendinitis rotuliana puede ser una lesión debilitante para los deportistas y puede afectar su capacidad para competir y realizar actividades diarias. Afortunadamente, con un tratamiento y rehabilitación adecuados, la mayoría de las personas pueden recuperarse por completo de la tendinitis rotuliana.
En este blog, exploraremos las causas y síntomas de la tendinitis rotuliana, así como las opciones de tratamiento y los ejercicios de rehabilitación que pueden ayudar a aliviar el dolor y mejorar la función de la rodilla. También discutiremos las medidas preventivas que se pueden tomar para reducir el riesgo de desarrollar esta afección en el futuro.
Si estás sufriendo de tendinitis rotuliana, esperamos que esta guía te proporcione la información necesaria para comenzar tu camino hacia la recuperación.
Definición de tendinitis rotuliana
Se conoce como tendinitis rotuliana a la inflamación del tendón rotuliano. Este tendón se origina en la parte más inferior de la rótula y se inserta en la tuberosidad anterior de la tibia. Es un tendón de unos 5 a 8 cm y puede soportar cargas muy grandes. El mecanismo extensor de la rodilla funciona a modo de palanca, utilizando la rótula como una polea. El músculo cuádriceps (recto anterior, intermedio y vastos lateral y medial) se contraen al unísono para traccionar de la rótula a través del tendón cuadricipital. Este tendón está por encima de la rótula. Al ascender la rótula, ésta tracciona del tendón rotuliano, que a su vez tracciona la tuberosidad tibial, consiguiendo la extensión de la rodilla.

Causas de tendinitis rotuliana
Las causas más frecuentes que originan la inflamación del tendón rotuliano son actividades físicas repetitivas con trabajos excéntricos. Esta sobrecarga continuada origina el dolor característico en la parte anterior de la rodilla, debajo de la rótula. El dolor se incrementa al saltar, correr o subir escaleras. El ejercicio en superficies duras favorece su aparición. Analizando las causas podemos dividirlas en:
Sobrecarga: La sobrecarga repetitiva en el tendón rotuliano debido a actividades deportivas que implican saltos, como el baloncesto y el voleibol, puede desencadenar la tendinitis rotuliana.
Mala biomecánica: La alineación incorrecta de la rodilla y la cadera puede poner demasiada tensión en el tendón rotuliano y provocar su inflamación.
Calzado inadecuado: El uso de calzado que no brinda suficiente soporte o amortiguación durante la actividad física también puede contribuir a la tendinitis rotuliana.
Insuficiente calentamiento: No hacer un calentamiento adecuado antes de la actividad física puede aumentar el riesgo de lesiones, incluyendo la tendinitis rotuliana.
Factores de riesgo: Los factores de riesgo, como la edad, el sexo (las mujeres tienen más probabilidades de desarrollar tendinitis rotuliana), la obesidad y la debilidad muscular, también pueden contribuir a la aparición de la tendinitis rotuliana.
Es importante tener en cuenta que la tendinitis rotuliana puede ser causada por una combinación de estos factores, y que el tratamiento y la prevención exitosos a menudo implican abordar múltiples aspectos de la afección. En la siguiente sección, discutiremos los síntomas de la tendinitis rotuliana.
Síntomas de tendinitis rotuliana
Los síntomas de la tendinitis rotuliana pueden variar de leves a graves, y pueden incluir los siguientes:
Dolor: El síntoma más común de la tendinitis rotuliana es el dolor en la parte delantera de la rodilla, justo debajo de la rótula. El dolor puede ser agudo o sordo, y puede empeorar con la actividad física.
Inflamación: La rodilla afectada puede tener hinchazón en la zona debajo de la rótula. Puede apreciarse abultamiento o sentirse caliente al tacto.
Rigidez: Sobre todo en casos prolongados sin tratamiento. La rigidez en la rodilla, especialmente después de estar sentado por un período prolongado, también puede ser un síntoma de la tendinitis rotuliana.
Dificultad para flexionar la rodilla: El dolor y la inflamación pueden hacer que sea difícil flexionar completamente la rodilla.
Crepitación: No siempre se aprecia. La tendinitis rotuliana puede hacer que la rodilla haga un ruido de crepitación o chasquido al moverse.

Diagnóstico de la tendinitis rotuliana
El diagnóstico es fundamentalmente clínico, por las preguntas que el médico realiza al paciente, y por la exploración del dolor. El dolor puede acentuarse al pedir al deportista que estire la rodilla intentando vencer la resistencia que ofrece el explorador. Un dolor localizado en la zona inferior de la rótula orienta a esta patología. No es estrictamente necesario, pero puede confirmarse con la realización de una ecografía o resonancia magnética.
Clasificación de la tendinitis rotuliana
La clasificación del grado de tendinitis rotuliana se establece en función de la actividad en la que aparece el dolor. Se utiliza la gradación del Blazina. Un grado 1 (el grado más leve) es aquel en el que el deportista aqueja el dolor después de la práctica deportiva. El siguiente grado es el 2, en el que el dolor aparece durante y después de la actividad. Y el grado más severo, el grado 3, se establece cuando el paciente tiene dolor en todas las actividades de la vida cotidiana, incluso fuera de la práctica deportiva.
Opciones de tratamiento de la tendinitis rotuliana
El tratamiento de la tendinitis rotuliana generalmente se enfoca en reducir el dolor y la inflamación, así como en mejorar la función de la rodilla. Algunas opciones de tratamiento comunes incluyen:
Reposo: Descansar la rodilla y evitar actividades que empeoren el dolor es una parte importante del tratamiento de la tendinitis rotuliana.
Hielo: La aplicación de hielo en la rodilla afectada puede ayudar a reducir la inflamación y el dolor.
Medicamentos: Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno, pueden ayudar a reducir la inflamación y el dolor.
Fisioterapia: La fisioterapia puede ayudar a mejorar la función de la rodilla y reducir el dolor a través de ejercicios específicos para fortalecer los músculos de la rodilla y mejorar la alineación de la misma.
Terapia con ondas de choque: La terapia con ondas de choque es una opción de tratamiento no invasiva que utiliza ondas de sonido para estimular la curación del tejido.
Las infiltraciones de corticoides no están recomendadas en el tratamiento, por la posibilidad de rotura del tendón.
En casos muy graves de tendinitis rotuliana, puede ser necesario recurrir a la cirugía. Es importante hablar con tu médico acerca de las opciones de tratamiento y determinar cuál es la mejor para tu caso individual.
Tratamiento rehabilitador. Programas de fisioterapia para la tendinitis rotuliana
El tratamiento consiste inicialmente en el reposo deportivo, la modificación del a práctica deportiva, los antiinfamatorios, el frío local y los ejercicios de rehabilitación para la tendinitis rotuliana. Esta tabla de ejercicios consta de estiramientos y trabajo excéntrico para la resolución del problema. Ver vídeo en parte superior de esta página.
Suele ser recomendable la utilización de una cincha rotuliana o el uso de taping para inhibir el trabajo del cuádriceps. Las infiltraciones con corticoides están contraindicadas. Podrían ser beneficiosas las infiltraciones con factores de crecimiento plaquetar u otras terapias biológicas, aunque se precisan más estudios para confirmarlo.
No se suele recurrir al tratamiento quirúrgico. Podría considerarse siempre y cuando el dolor fuera incapacitante y el paciente hubiese realizado correctamente el tratamiento rehabilitador correcto durante un tiempo prudencial.
Tratamiento rehabilitador. Ondas de choque
La terapia con ondas de choque es una opción de tratamiento no invasiva para la tendinitis rotuliana. Esta terapia utiliza ondas de sonido de alta energía para estimular la curación del tejido y reducir el dolor.
Durante el tratamiento, un fisioterapeuta o médico aplicará una sonda sobre la rodilla afectada y dirigirá las ondas de choque hacia la zona lesionada. El tratamiento suele durar de 15 a 20 minutos y puede ser un poco incómodo, levemente doloroso.
La terapia con ondas de choque se ha utilizado con éxito para tratar la tendinitis rotuliana en algunos pacientes. Sin embargo, no es efectiva en todos los casos y puede no ser recomendable para personas con ciertas condiciones médicas, como embarazo, trastornos hemorrágicos o marcapasos.
Es importante hablar con tu médico acerca de los posibles beneficios y riesgos en tu caso particular.
La terapia con ondas de choque puede ser una opción de tratamiento efectiva y no invasiva para la tendinitis rotuliana, pero es importante considerar todas las opciones de tratamiento disponibles y trabajar con un profesional médico calificado para determinar cuál es la mejor para tu caso individual.
Tratamiento con cinchas u ortesis rotuliana
Las cinchas y ortesis rotulianas son dispositivos médicos que se usan para tratar la tendinitis rotuliana. Estos dispositivos proporcionan soporte y compresión a la rótula, lo que ayuda a reducir el dolor y mejorar la estabilidad de la rodilla.
La cincha rotuliana es una banda de tejido elástico que se coloca justo debajo de la rótula. La cincha ejerce presión sobre el tendón rotuliano, lo que ayuda a reducir el dolor y mejora la alineación de la rótula. La ortesis rotuliana es una rodillera que se ajusta alrededor de la rótula, proporcionando un mayor soporte y estabilización.
Tanto la cincha como la ortesis rotuliana son opciones de tratamiento no invasivas para la tendinitis rotuliana y pueden ser efectivas para reducir el dolor y mejorar la función de la rodilla. Sin embargo, es importante recordar que estos dispositivos no tratan la causa subyacente de la tendinitis rotuliana y no deben ser usados como una solución a largo plazo, ni como solución única. Debe ir acompañado de trabajo con un fisioterapeuta para desarrollar un plan de tratamiento completo. Debe incluir ejercicios de fortalecimiento y estiramiento, así como otros tratamientos médicos y terapias si es necesario.

Tratamiento infiltraciones de factores plaquetarios
Las infiltraciones de factores de crecimiento plaquetario (PRP) son una opción de tratamiento relativamente nueva para la tendinitis rotuliana. Este tratamiento utiliza las propias células sanguíneas del paciente para estimular la curación del tejido y reducir el dolor.
Durante el procedimiento, se extrae una pequeña cantidad de sangre del paciente, que se centrifuga para separar las células sanguíneas y concentrar las plaquetas. La solución de PRP resultante se inyecta directamente en la zona afectada de la rodilla.
Los factores de crecimiento contenidos en las plaquetas estimulan la curación del tejido y reducen la inflamación, lo que puede aliviar el dolor y mejorar la función de la rodilla. A diferencia de otros tratamientos como los esteroides, las infiltraciones de PRP no tienen efectos secundarios significativos.
Si bien la infiltración de FCP puede ser efectiva para algunos pacientes con tendinitis rotuliana, no es adecuada para todos los casos. Es importante hablar con un profesional médico para determinar si esta opción de tratamiento es apropiada para tu situación particular.
Tratamiento quirúrgico de la tendinitis rotuliana
El tratamiento quirúrgico es una opción para los casos graves de tendinitis rotuliana que no responden a otros tratamientos. El tipo de cirugía que se realiza dependerá de la gravedad y la ubicación de la lesión en el tendón rotuliano.
El objetivo de la cirugía es resecar el tejido de cicatrización aberrante y la inflamación que rodea el tendón, a la vez que se cruenta la zona lesionada para que cree una nueva cicatriz de calidad.
En casos severos con roturas parciales del tendón, la cirugía puede ayudar aportando injertos de tejido de otras localizaciones para conseguir una mejor calidad del tendón.
Es importante recordar que la cirugía es una opción extrema y debe ser considerada sólo después de haber agotado otras opciones de tratamiento. También es importante hablar con un profesional médico para determinar si la cirugía es la opción adecuada para tu situación particular.