Ejercicios de rehabilitación para la artrosis de cadera

Ejercicios suaves para el desgaste de la cadera

Los ejercicios de rehabilitación y la actividad física suave forman parte del tratamiento inicial de la artrosis de la cadera. Con ellos se consigue una mejoría en el alivio del dolor, además de una mejor funcionalidad y flexibilidad. 

En este apartado conocerá qué es la artrosis de la cadera, sus causas y las posibilidades en su tratamiento.

Empiece hoy a mejorar con los ejercicios sugeridos para el desgaste de esta articulación.

Artrosis de la cadera

La articulación de la cadera está compuesta por la unión de la parte proximal del fémur (la cabeza femoral) y el acetábulo, una cavidad que se encuentra en la pelvis. Esta articulación tiene forma de «bola dentro de copa», lo que nos da una idea de la su estabilidad intrínseca.

Como otras articulaciones del  miembro inferior, que están sometidas a la carga de peso, es susceptible de desgastarse, produciendo una artrosis. 

Este proceso degenerativo es muy frecuente en personas por encima de los 60 años y se presenta sobre todo en varones. Se ha demostrado que casi un 27% de la población por encima de los 70 años tiene signos de artrosis de cadera en radiografías.

Causas de la artrosis de cadera

Una de las preguntas más frecuentes en la consulta de traumatología es ¿por qué se ha producido la artrosis de cadera?. En ocasiones es difícil asegurar cual ha sido la causa. Y a veces no es por una única causa. A continuación enumeraremos las causas conocidas que ocasionan el desgaste en la cadera.

  • Idiopática (artrosis primaria): Es la más frecuente. Encajan en esta descripción las artrosis de cadera que no tienen una causa clara. Se evidencia una artrosis y no se sabe por qué se ha producido.
  • Secundarias: en este grupo se identifica una (o más) causas que justifican que la articulación de la cadera haya degenerado.
    • Congénita: existe una anomalía en el desarrollo intraútero del paciente que origina un desgaste acelerado.
    • Secuelas de enfermedades infantiles: Es el caso de la displasia de la cadera, la enfermedad de Perthes, las lesiones del cartílago de crecimiento,…
    • Choque femoroacetabular: la degeneración de la articulación se produce por un choque anómalo entre la cabeza femoral y el acetábulo. Bien porque la cabeza no es completamente esférica o porque el acetábulo es muy prominente. Es una de las causas más frecuentes de artrosis en pacientes deportistas jóvenes.
    • Secuela de fracturas. Al afectarse la superficie de la articulación en la cabeza femoral o el acetábulo, se produce una artrosis precoz.
    • Necrosis de cadera: Una interrupción del riego sanguíneo de la cabeza femoral hace que ésta pierda su esfericidad y provoque e desgaste.
    • Enfermedades reumáticas: alteran el cartílago articular. Por ejemplo, la artritis reumatoide o el lupus.
    • Enfermedades endocrinas.
    • Infecciones.
    • Radiaciones.

 

¿Cómo se manifiesta la artrosis de cadera? Síntomas de la artrosis

La sintomatología de la artrosis de cadera comienza con un dolor profundo en la ingle o la nalga. Tiene características mecánicas: este dolor es más intenso durante la actividad física y mejora en reposo. Molestan más los primeros pasos tras el descanso (también al incorporarse). Suele mejorar o desaparecer tras un período de «calentamiento»: después de haber caminado unos minutos. Si la actividad diaria ha sido intensa, el dolor vuelve a aparecer al final de la jornada. En ocasiones, el dolor irradia por la cara anterior o interna del muslo hasta la rodilla.

Otra manifestación, en ocasiones la única, es la disminución de la flexibilidad, o rigidez de la cadera. El paciente nota que poco a poco pierde la capacidad de cruzar las piernas o le cuesta llegar a calzarse o cortarse las uñas de los pies por su cuenta.

En ocasiones se puede producir cojera que se produce por la limitación de la movilidad entre el muslo y la pelvis, ocasionando un balanceo rotacional de la pelvis al caminar.

Diagnóstico de la artrosis de cadera

Para llegar al diagnóstico de la artrosis es preciso la historia clínica, la exploración y el estudio radiográfico.

La historia clínica orienta al médico hacia el diagnóstico en función de lo que refiere el paciente y la entrevista dirigida por el médico. El médico preguntará por la localización y características del dolor, entre otras cosas. 

Exploración:

El evaluador examinará al paciente realizando una serie de maniobras que incrementan el dolor. 

Movilidad activa: Se puede evaluar la movilidad y fuerza del miembro. Los grupos musculares incluyen la musculatura de la espalda, la del muslo, prestando especial atención a la musculatura abductora de la cadera: los músculos glúteos, origen frecuente de patología.

Movilidad pasiva: En la artrosis de la cadera, el paciente localizará el dolor a nivel inguinal, dolor que se incrementará en la flexión forzada de cadera y en las rotaciones de la misma, sobre todo en rotación interna.

El test de Thomas permite averiguar si existe un flexo de cadera. Esta es una limitación de la extensión de la pierna. 

EL test de Faber permite discernir si el origen del dolor es la articulación sacroilíaca.

El estudio de imagen comienza con la realización de radiografía simple anteroposterior y axial de cadera. Esta proyección permite el diagnóstico y gradación de la artrosis de cadera. Otras pruebas que pueden realizarse son la resonancia magnética, que nos informará de grados muy leves de artrosis o patología de partes blandas. También permite el diagnóstico de la necrosis de cadera. Si se sospecha síndrome del choque femoroacetabular, puede orientarnos en el diagnóstico de la patología del labrum acetabular (el «menisco» de la cadera).

 

Grados de la artrosis de cadera

El proceso del desgaste de la cadera es progresivo. Al inicio el desgaste es leve, con pocas alteraciones en las radiografías, siendo solamente valorable en estudios de resonancia magnética. Posteriormente, los cambios pueden progresar con mayor o menor rapidez, agravando la sintomatología y el dolor. El grado de desgaste podemos definirlo con la clasificación de Tönnis, que se basa en los hallazgos de la radiografía:

  • Grado 0: Sin signos de artrosis en la rx.
  • Grado 1: Esclerosis subcondral en cabeza femoral o acetábulo. Se manifiesta como una línea más densa (más blanca) cerca de la articulación.
  • Grado 2: Disminución de la interlínea articular (el espacio entre ambos huesos, ocupado por cartílago, disminuye), moderada pérdida de la esfericidad de la cabeza femoral. Pueden aparecer quistes óseos.
  • Grado 3: Importante disminución o ausencia de la interlínea articular, presencia de necrosis, grandes quistes óseos. Puede progresar y producir grandes deformidades.
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